martes, 30 de abril de 2013

¡¡QUE TENDRA QUE VER EL TOCINO CON LA VELOCIDAD!

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-¡Profe, ese niño me ha pegado!
-Pues vete a jugar a otro sitio.
Quien no ha odiado a los profesores por respuestas como esa. Y es que cuando estamos en el colegio son para nosotros unos “cara de tortilla” Fingimos estar malos, cuando lo estábamos alargábamos la fase de convalecencia, temíamos sus negativos, sus “mañana examen sorpresa” “Fulano fuera de clase”...
Sin embargo pienso que la frase “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” se la dedicaron a ellos, nuestros profesores.
Al igual que todo el mundo recordara a aquel profesor puñetero que “nos hizo la vida imposible” recordamos a aquellos que se dedicaron a enseñar a una clase de 25 niños, apostando por cada uno de ellos. 

Una profesora, de cuyo nombre no logro acordarme, me enseño matemáticas como nadie lo había hecho. La pirula la llamaban, famosa por suspender las matemáticas a todo el mundo y la mas odiada del jardín de adolescencia.
Yo soy de letras, me decía a mi mismo en un intento de esquivar las tan detestadas exactas, sin embargo, bien sabían mis padres que mi cabeza era de ciencias. No fue hasta aquel septiembre en que empecé segundo de la ESO, cuando, habiéndome tocado ella como profesora de matemáticas, la conocí realmente, a ella y a la materia que seguía impartiendo. No exagero al decir que por ella he llegado dónde estoy ahora.
Como esta historia, muchas mas con nombre propio sus protagonistas y con mella propia en mis recuerdos y mi vida. Hablo de Lina, Encarna, Avelina, Elena, Pablo, Teodoro, Idurre, Maria, La Pirula.

viernes, 19 de abril de 2013

Ojos que no ven, objetivo que captura

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Nos encontramos ante una fotografía tomada por Samuel Aranda en Octubre del año 2010 durante las revueltas de Yemen en la península arábiga, fue publicada en el New York Times y con ella se proclamó vencedor en el World Press Photo. Capa la misericordia de una mujer que, cubierta con un velo islámico o nigab, sostiene a un familiar herido en la contienda entre sus brazos.

La instantánea alude o nos recuerda a la Piedad de Miguel Ángel (1498-1499) por nombrar la mas relevante de Las Piedades que existen, donde la Virgen María, piadosa y llena de ternura, cuyas vestiduras la cubren con numerosos pliegues, sostiene a Cristo yacente en una composición triangular que, como analizamos más adelante, esta fotografía comparte esa misma disposición triangular.
En cuanto la composición del color es una imagen sin retoques o que apenas los tiene, para que el espectador aprecie mejor el estado doliente del hombre. Predominan los colores cálidos y a su vez apagados, consiguiendo encerrar en la fotografía gran parte del territorio y del contexto en dónde fue tomada. Solo viendo la fotografía, y sin saber ninguna información sobre ella, podemos decir, y sin gran margen de error, que se trata de algún país de oriente en alguna de las numerosas contiendas que allí se disputan. El color también resalta en el sentido negativo, el estado mediocre del hospital donde yacen los heridos. Observamos también una clara contraposición entre los colores claros y apagados del fondo con las sombras negras y el nigab. Sin olvidar el centro de atención dónde el color dirige nuestra mirada, los guantes blancos de la mujer, color que canaliza toda la ternura, misericordia y bondad de la madre. La mujer juega aquí un papel muy importante, no solo como una cuidadora y protectora, sino como persona, aparece una mujer jugando un rol activo y con coraje en este tipo de revueltas, todo ello sobre todo es importante al tener en cuenta el contexto social del territorio donde la mujer sufre un desplazamiento por debajo del hombre.

En cuanto al análisis técnico de la imagen nos encontramos ante un plano medio largo, con una angulación normal central y formato largo. Dado que representa una situación real, que de hecho estaba ocurriendo en el momento en que la cámara congelo el momento, se trata de una imagen icónica. También es una imagen sencilla, pues tiene una lectura de ella fácilmente descifrable. Es una imagen mono-sémica, pues cobra un significado unívoco de piedad de la madre y sufrimiento del hijo, todo el mundo que se exponga a esta fotografía captara más o menos la misma idea y le suscitará sentimientos iguales, parecidos o en relación. La situación que está retratando, lamentablemente la vemos todos los días en prensa, nos es familiar, por ello y porque nos abstrae a la escultura de Miguel Ángel, decimos que es una imagen redundante, las realidades representadas ya las habíamos percibido. La imagen tiene el encuadre centrado y ligeramente desplazado hacia la izquierda, no centra la imagen en las dos figuras protagonistas porque el autor quiso dejar ver otro cuerpo yacente de un hombre que asoma por el lado derecho de la fotografía.
Se sostiene en un eje vertical, dibujado por la espalda erguida de la mujer. El soporte de la imagen es papel fotográfico y papel en revistas de su publicación, así como digital, hoy en día casi todo está en internet.
Respecto a la luz encontramos un juego entre zonas iluminadas con zonas sombrías, o bien técnica de claro-oscuro. Se trata de una luz natural, suave e interior, no hay ningún foco ni aparato que de luminosidad a la imagen, solo, adivinamos, la luz del sol que entra por alguna ventana cercana.
Todos estos aspectos citados otorgan  profundidad de campo a la fotografía, aparecen dos planos, o figura y fondo, que además son prácticamente simultáneos, las figuras protagonistas están casi pegadas a la pared, donde apreciamos con la misma nitided tanto la figura como el fondo.
En cuanto al análisis de líneas, podemos dibujar dos diagonales, trazadas por el contraste entre la luz y la sombra.
La línea que traza el eje vertical de la imagen, y las rectas que dibujan la posición de los protagonistas, formando un triángulo rectángulo como en la escultura de la piedad. 

 
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Por último citar de la imagen los sentimientos que ella nos suscita, en su mayoría positivos, amor, ternura, misericordia, pero también la expresión del hombre, asi como su postura fatigada, nos llena de tristeza por el sufrimiento que le acontece.
By: Me & www.xiniaem.blospot.com.es

martes, 2 de abril de 2013

Cristalino como un mentiroso.


Un traje que se vuelve transparente cuando quien lo lleva miente
Si llevas esta ropa y mientes, será mejor que te escondas. El artista holandés Daan Roosegaarde ha creado una innovadora prenda que se vuelve totalmente transparente cuando quien la lleva puesta miente. El invento, que forma parte del proyecto Intimacy 2.0, utiliza cuero con láminas electrónicas que cambian su opacidad dependiendo del ritmo de los latidos del corazón. Así, este tejido inteligente consigue responder a la interacción social modificando la corriente eléctrica y la luz para alternar entre un estado opaco y otro transparente.

Daan está al frente del Studio Roosegaarde, que se puede describir como un laboratorio artístico de proyectos interactivos sobretodo proyectos que relacionan la tecnología con la interactividad de los humanos, el sonido y las emociones. Algunas de sus creaciones más recientes son Dune, un paisaje interactivo formados por cientos de LEDs; y Lotus 7.0, que consiste en una pared reactiva en la que el calor corporal de los visitantes hace que se abran cientos de flores de aluminio.